Autor: Szasz, T.
la enfermedad mental no es una enfermedad en el sentido literal y médico del término, sino un «mito».
El libro se basa en una serie de premisas clave:
- Distinción entre lo físico y lo mental: Szasz argumenta que una enfermedad genuina debe tener una base física y demostrable, como una lesión, una disfunción de un órgano o una anomalía bioquímica. La mente, por ser una entidad abstracta, no puede estar enferma de la misma manera que el cerebro. Por lo tanto, el término «enfermedad mental» es una metáfora que confunde los problemas de la vida con las enfermedades médicas.
- Problemas de vivir: Según Szasz, lo que se diagnostica como «enfermedad mental» son, en realidad, «problemas en el vivir». Estos problemas son conflictos personales, sociales, morales o éticos que las personas enfrentan en sus vidas. En lugar de ser tratados como enfermedades, Szasz sugiere que estos problemas deben ser abordados con responsabilidad personal y autonomía.
- La psiquiatría como control social: Szasz critica fuertemente a la psiquiatría, a la que considera un sistema de control social. Sostiene que el concepto de enfermedad mental se utiliza para etiquetar y justificar la coerción sobre individuos que se desvían de las normas sociales. Esto incluye prácticas como la hospitalización involuntaria, la defensa por demencia en juicios criminales y la administración de medicamentos contra la voluntad del paciente.
- Metáforas y moralidad: El libro sostiene que la psiquiatría moderna ha reemplazado a la religión y la moralidad como la principal institución para lidiar con el «mal comportamiento». En lugar de llamar a los actos problemáticos «pecado» o «maldad», se los cataloga como «síntomas» de una enfermedad. Esto, según Szasz, elimina la responsabilidad personal del individuo y oculta el verdadero conflicto moral o social subyacente.
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